En vez, hemos visitado una cueva privada por la zona de Ca Marí, como muchas de estas cavidades del centro de la isla, fue descubierta haciendo un pozo para proveer de agua a la casa colindante, por lo que no desvelaremos su ubicación.
El acceso a esta gruta, es a través de un pozo de unos 12 metros de profundidad, la técnica elegida para el descenso, fue el rapel. Una vez abajo en la sala central pudimos contemplar maravillados una multitud de estalactitas, estalagmitas, columnas y banderolas, además de observar enormes piedras justo debajo del tubo del pozo, debido ha algún derrumbe producido no mucho tiempo atrás. Girándonos prácticamente 180º tenemos un pequeño pasadizo que nos guiará hasta otra pequeña sala, de camino nos sorprenderán muy gratamente una formaciones similares a corales marinos, con multitud de ramificaciones hacía un lado y hacía el otro, hacía arriba y hacía abajo, siendo difícil de explicar como se han podido llegar a formar dichas estructuras.
Muy a tener en cuenta es el elevadísimo grado de humedad en el interior de esta cavidad.